jueves, 25 de febrero de 2010

Pub-puticlub

Mi vida será como la del resto de mortales pero...a mí la mía me encanta. Es gracioso porque a diario os podría contar una anécdota o batallita.

Ayer tras acabar la jornada hostelera me dijo el jefe que me invitaba a tomar una copa por Pamplona. Yo siempre había escuchado el ambiante un tanto mafioso de la noche pamplonica. Aquello de que todo buen camarero que se precie no puede acabar de trabajar e irse a casa a dormir. Un camarero de ley y orden se sube a Pamplona a un pub o a un puticlub y si se tercia a una discoteca.

La verdad es que todo es cierto. Eran las doce y media de la noche y entramos a lo que según mi jefe "hace tiempo era un pub" y actualmente era un puticlub. Yo nunca había entrado a uno pero ayer creo viví una de las experiencias más bizarras a la vez que incómodas de toda mi vida.
Un hombre ya sabe a lo que entra y las mujeres que están allí también saben a lo que están y a lo que van.

Mi jefe empezó a decirme. "Aquel es juez, aquellos dos que están con tres mujeres son maderos y el que está más alejado es médico de la clínica" Así que de primeras comprobé que un Miércoles por la noche sigue habiendo movimiento nocturno, y que ese halo de mafiosidad o de...ese halo de falsa elegancia existe.
Pero lo que más me impacto fue cuando se nos acercaron dos mujeres. Una de ellas era rubia, con el pelo largo, joven, no rozaría los 24 años. Calculadora en sus movimientos cual gato que mueve la nariz para olfatear la comida. No era descarada. Intentaba ser simpática pero no llevaba el tiempo trabajado suficiente como para serlo. Creo que respondía al nombre de Svaninska. Se acercó a mi jefe. (he encontrado una chica muy parecida)



La otra. Una mujer ya entrada en los cuarenta y tantos con el pelo corto. Cuyos ojos parecían una cascada de azules rubíes, de mediana estatura con poco pecho dicho sea de paso, y más habladora que su compañera se acercó a mí. Se llama Isabella. Pero su acento ni imagen respondían a una hipotética italiana, si no más bien a una rusa o polaca o...(perdonen mi incultura mujeril queridos lectores y lectoras pero...soy un poco Paco Matínez Soria jajaja)

La situación fue la siguiente:

Is .- ¿fumas?
yo .- No...lo dejé hace un tiempo
Is .- ¿pues?
Yo .- me sentaba mal
Is .- Eres guapo
Yo .- (jajaja...pobrecica se ha debido de dejar las lentillas o algo así)Tampoco es para tanto.
Is .- ¿A qué te dedicas?
Yo .- (pensé decirle que era madero o que era...vete tú a saber el qué...estaba muy nervioso) Camarero
Is .- Am. Interesante sí.

Ella no paraba de mirarme de arriba a abajo. Lo que no paraba de ponerme más nervioso mientras me preguntaba a mí mismo "¿qué ostias estás haciendo aquí?"

Is .- ¿Me invitas a una copa?
Yo .- No... aquí quien tiene pelas es mi jefe

Y automáticamente las dos mujeres de compañía se avalanzaron sobre él. Pero él se las quitó con un "hoy no es vuestro día de suerte" y con ello se despidieron.



Sí. Vale tampoco es algo como para echarse las manos a la cabeza la batallita. Pero darse cuenta de que aquí el poeta tiene 21 años y que en la vida se había imaginado que su primer puticlub sería con su jefe y no con sus amigos etílicamente mal...

No hay comentarios:

Publicar un comentario