sábado, 24 de agosto de 2013

La Mentira

Pues aquí estamos otra vez. De vuelto por estos lares. De paseo por culpa de Lebaron. Ayer me asusté al ver la última entrada. Aquel Unai parecía tan lejano... Porque insisto. El que escribió la última entrada era Unai y no El Poeta Borraccho. Y... joder en serio. Es demasiado profundo y sincero y eso no mola porque asusta. Nos gusta que nos mientan. No queremos ver la realidad como es. No mentir nunca es algo así COMO SER un espejo que refleja una imagen irreal a LO QUE TE  muestran. Paralelamente mentir es algo así como tener un secreto que ocultar, Un secreto que ocultar es una sorpresa, una incógnita. Una incógnita no deja de ser la imposibilidad de saber qué se esconde tras una respuesta desconocida. Lo que se resume en Curiosidad. Y hasta ahí.

Después de esta tesis, una persona constantemente sincera no resulta curiosa. Resulta aburrida y soez.
Porque sabemos que todo lo que dice es así. No nos decora para nada la realidad y la realidad en nuestra cultura, nos han inculcado que es algo muy loco. Que puede ser maravillosa. Allí donde un día trabajando el jefe de la multinacional donde estás, se infiltra para mejorar el negocio, te conoce y te da un puesto 10 veces superior al que estabas.

La realidad nos ha demostrado también que el mundo es divertido porque hay gente metiéndose de ostris contra el suelo, adorable porque hay gatitos haciendo cosas monísimas (me considero fan absoluto de esos vídeos)

Pero tan sólo son fragmentos de una realidad. Que por lo que tenemos de experiencia en nuestras propias vidas, la realidad es un compendio de distintos momentos diferentes. El mundo que nos han creado, con el que disfrutamos, no es realmente "real". Y eso nos gusta.

La conclusión a la que llego yo, que para eso soy el que sufre estos ataques de conspi-paranoia, es que la mentira es necesaria. Nos han enseñado que es mala pero es bella. Porque te oculta lo aburrido y predecible.

Un abuso de la mentira es grotesco. Porque es demasiado evidente y real ya que no nos la creemos.
Una ausencia total de la mentira es grotesca porque es real y no incita a la imaginación.

Por tanto miente. Pero miente con equilibrio. Es decir, con belleza.