miércoles, 18 de enero de 2012

Hoy en me toca la polla...

Hoy me toca la polla. Los genitales. Los testículos. Las gónadas...

LA DE CABRONES QUE SE HAN FORRADO A MI COSTA

Somos animales. Eso está claro. En el fondo eso no se puede evitar. Y en algunos momentos sale a relucir ese instinto de estar por encima. De ser dominante en algo.

A la vista de los hechos queda (repasa un momento los últimos 3 días de tu vida) todo el mundo quiere hacer la jugada perfecta. Ser más listo que tú. Desde el fontanero que te cobra 100 euros la salida porque intenta salir de la crisis mediante tu desgracia, hasta el tío de las taquillas de un evento deportivo. Que cobran un 300% más de lo que debiera, para sacar más beneficios.

(NOTA: OSTIAS... A LAS 00:30 DE LA NOCHE, QUE TU GATO CUBRA A LA GATA EN CELO Y META UN RUIDO COMO SI FUERA BELZEBÚ... A-CO-JO-NA)

Todos intentamos dar con la idea que nos quite de trabajar duro. De estar un paso por delante. Es normal. Pero ME TOCA LA POLLA toda esa gente que, aprovechando su puesto en un ayuntamiento, gobierno, monarquía ... robe dinero. Dinero que no es suyo, sino del contribuyete (tú, yo, él) y se de a la buena vida. Y claro. Como está en las altas esferas, se escurra el bulto o cumpla una condena en prisión a todo lujo, irrisoria.
Nunca devuelven el dinero. ¿Dónde está? ¿En paraísos fiscales? Que lo encuentren como sea. Que no valga eso de cambiar el nombre de la propiedad para declararse insolvente. Que lo pongan a currar ganando 900 euros al mes hasta que consiga liquidar deuda. Que sufra.

Porque así es como estamos nosotros. Ese 1% del que hablan. Pagando, pagando e intentando seguir pagando. Si yo algún día robase un banco. O robase 20 euros cada día de mi puesto de trabajo y me detuvieran, mis compañeros, familia, amigos ... todos ellos me verían el resto de mi vida como un ladrón. Tendrían esa imagen mía esposado o en la cárcel.
En cambio ésta gente tiene su defensores. "Amos" no me jodas. ¿Cómo vas a defender a un tío que ha robado y que mientras sonríe en el Interviú, está viviendo de la subida de impuestos que te han cascado por que "estamos en crisis"?

Encima de puta la cama que se suele decir. Aplaudes a un tío que te encima de robar te hace pagar más impuestos. Adiós al café que me tomaba después de currar. Adiós al coche porque no puedo mantenerlo. Nosotros quitándonos de nuestros pequeñísimos placeres y ellos a la sopa boba. Haciendo de las suyas para intentar seguir mangando. Eso sí. Ellos mangan y cambian el nombre de la propiedad para que en caso de desubrir el mierdón, no les pase nada.

Y encima les aplaudimos. No hacemos nada. Sí. Movimiento 15 -M. No está mal, pero considero que se necesita formalizar todo. Somos como una nube dispersa. Todos participamos. Todos colaboramos ... pero ¿y los indecisos? Esa gente que no se atreve a dar el paso. O esa otra gente que no quiere que nadie sepa de qué ideología política es. Por mil razones.

En mi opinión el 15 - M está de puta madre, pero se necesita un rostro que "humanice" las ideas. Que sea el referente. Un líder. Demostrar al mundo que se puede ser un lider sin lucrarse. Sin cobrar dietas exageradas. Sólo así se podrá dar el toque definitivo. Por ahora está bien. Acabamos de nacer. Nos esperan muchos golpes con los que aprender pero necesitamos de un Martin Luther King, de un Ghandi o Teresa de Calcuta. Necesitamos un valiente no puesto por bancos o grandes multinacionales. Alguien que con el apoyo del movimiento se plante en Moncloa y diga: "Señores. No me conocen pero pienso demostrarles cómo se hacen las cosas de otra manera" .

Y sólo espero que sea en pocos años. Está claro que vamos a ser la primera generación que viva peor que sus padres. Sus abuelos lucharon para tener unas mejoras laborales, sociales, culturales que se asemejasen a lo que ellos entendían por "condiciones humanas". Nosotros somos ... distintos. Necesitamos de alguien que nos mueva. Claro está que los pelotazos no cesarán, que las denuncias y detenciones serán continuas y estresantes pero es el camino marcado por la Historia para pertenecer a ella. No hay victoria sin lucha.

lunes, 16 de enero de 2012

Estreno de Sección. ME TOCA LA POLLA

Escuchando a "El Tito Mc" quizás la puntilla que tenía para empezar a escribir. Al ritmo de "La Policía" y tras ver este vídeo en youtube no puedo quedarme callado. El asunto también va relacionado con el segurata. Joder mi alter ego ha creado a otro alter ego. El Poeta Borracho ha creado a "El Segurata".

Hoy me toca la polla el racismo. Sí. Ahora los inmigrantes se piran a sus países. Los españoles emigran a otros países y mi pregunta es ¿quién coño levantará ahora el país? Me refiero.
Con toda la mierda de corrupción que tenemos y la de millones que nos han robado ... ¿por qué cojones tengo que pagarlo yo con más subidas de impuestos?
Pero no me desviaré del tema. Ese lo dejo para el "me toca la polla" de mañana.

Hoy me toca la polla el racismo. Hasta ahora en España estabamos encantados con los sudacas y moros. Los moros hacían todo el trabajo esclavo del campo. Nos recogían lechugas y fresones que nos hacían creer en un edén lleno de estos manjares.
Con los sudacas ... ni te cuento. Nos cuidaban a las personas mayores, nos servían la comida en el comedor del colegio. Nos cuidaban. Joder. Ellos se deslomaban en la obra para construir pisos con los que ellos, hasta el momento sólo soñaban.

Es cierto que siempre les tuvimos miedo. A los moros por la "historia". Sí esa de que desde la que la Santa Inquisición les obligó a convertise y ellos iban metiendo puñalazos a diestro y siniestro.
A los sudacas (lease sudacas como abreviación a "SUDa-merciCA-noS") con lo de las bandas latinas y demás. Como si aquí nunca hubiera habido bandas callejeras. Desde los Rokabilis contra los Punk, hasta los gitanos contra los payos.

Pero hermanos y como ahora está de moda, hacer metaforas con los barcos hundidos ... Ahora el barco hace aguas y "tonto el último en abandonar". La puerta grande está para la "Fuga de Cerebros Nacional" y la de atrás, la olvidada, está para los extranjeros.
Se nos van las dos partes.
Los niños que pudieron estudiar en una universidad porque sus padres se mataron a trabajar y pudieron contratar a alguien que cuidara de sus retoños o pudieron alimentarlos, con alimentos recogidos por inmigrantes y éstos últimos. Que ante la falta de oportunidades deciden volver atrás. Una vuelta donde tras una década de exilio tienen que volver a empezar.

Así que esta diferencia me toca la polla. Colon no anda tan muerto como parece. LLegan, nos aprovechamos de su trabajo. Trabajo que ellos cobran. Vale que si competencia desleal y mierdas de esas ¿y tú? ¿Trabajabas antes por 400 euros? Ah no. Espera, que ahora estamos en crisis y cualquier trabajo explotador es bueno. MIERDA.

El autónomo, antes te cobraba 300 euros por una chapuza. 200 estaban por encima del coste real de la chapuza. Llegaba el inmigrante y te lo hacía por 150. Seguimos con 50 euros de beneficio. La diferencia es que para el primero con 4 chapuzas al día le bastaba y el segundo tenía que deslomarse como un desgraciado para ganar 3 duros.
La putada es que como ahora la cosa está malita recurrimos a "lo nacional". Como las putas. Una puta española cobra por un servicio en la calle más que una extranjera por "ser nacional".
No me jodas. Bueno, no al menos en el aspecto ético. En el otro por un módico precio ...

El último dato es que, debido a la espantada de extranjeros España tiene menos población.
Así que todos contentos. Inmigrantes fuera. Peeero. Todavía no tengo fuentes que me lo confirmen, así que pronostico que la natalidad descenderá también. Llámalo intuición.
Por tanto y a rasgos exagerados. Nos juntamos con una población más longeva y que tiene que trabajar hasta el día que se muera. Allá por los 74 años con un poco de suerte. Y digo suerte, porque el que se muera va a ser un afortunado. Van a ser las mayores vacaciones que se pueda coger en 10 años.

Creo que debemos mucho a los inmigrantes. Que nada es nuestro y menos unas tierras con las que cuatro estafadores se lucran reurbanizando. Creo que el suelo que piso es también de el que cruza el charco para ganarse el pan. Yo mismo trabajo con un 80% de compañeros inmigrantes. En realidad el 50% son españoles pero sus padres sudacas. Sólo el 30% de la plantilla vino para soñar con una vida mejor. Y claro que ocupan nuestros centros de salud. Y claro que beben demasiado ¿pero acaso un autóctono no? Nos aguantan crecidos. En este trabajo me doy cuenta. Los tratan como si fueran menos. Yo porque soy grande y con coloretes en los carrillos, si no también me tratarían igual. La gente conoce sus derechos (este otro "me toca la polla" para el miércoles) y los restriega ante ellos como si carecieran de los mismos.

No me toques la polla. Que no te pueda gustar el color de su piel porque eres daltónico, es una putada. Pero de ahí a culparles de la crisis, de robarnos a nuestras mujeres, nuestras casas y trabajos ... Joder. Y fíjate que soy blanco blanco. No tanto como Iniesta pero sí tengo cuerpo y forma de lo que se denomina "Gente del Norte" aún así yo veo personas. Ojos, pollas, coños, ilusiones y frustraciones. Veo un coche por su motor y su potencial no por la mierda de pintura que lleve. Un Ferrari es igual negro, blanco que rojo. Los putos Humanos igual.

jueves, 12 de enero de 2012

Lo reconozco soy un desgraciado. Un deshecho. Una mierda vamos. Siempre escribiendo para que los demás me reconozcan. Para mi ego. Para creer que no soy un desgraciado. Pero lo soy.

No pienso meterme más a un chat. ¿para qué? Tocado y hundido. Soy fuerte para unas cosas pero fragil para otras tantas. Un subnormal me dice que el se diferencia de mi porque yo busco el reconocimiento y me hace tambalear todo sobre mi.

Joder soy una mierda. Cuando escribo lo hago por mi. Importandome una puta mierda quien coño me lee. Por eso estoy disfrutando tanto con este segurata. Incluso estoy pensando en proyectarla a algo más grande. Es la unica vez que cuando escribo no lo hago pensando en nadie. QUe sólo escribo porque me sale de los huevos. Quizás nunca llegue a profesional de la literartura. Nunca esté nominado para la RAE. Ni un planeta, ni un Nobel ni mierdas. A este paso el unico mérito público que tengo es un segundo puesto en un concurso del instituto y la admiración de 4 personas. Si soy sincero y sin pelotear a nadie, me es más importante que vosotros 4 disfruteis antes que un sillón donde sea.

Pero sí. A este año que se avecina negro noto que tengo que moverme más. Es fácil lo que hago hasta ahora. Quejarme porque no tengo. Pongo poco de mi parte y consigo cosas. Pero estoy en las mismas de siempre. Para ganar hay que arriesgar y cada día que pasa se hace más dificil arriesgar.

En el fondo también me gustaría publicar algún día algo. Me gustaría ver mi creación en una estantería.

Joder puta crisis de los 23... cuando ves que tienes que hacer algo y van pasando los días

Abandonado

En el fondo odiaba ese puto trabajo. Siempre subiendo y bajando putas escaleras. Escaleras interminables. Un puto laberinto de sufridas escaleras. No aguanto a la gente. A los peldaños de la escalera. Al olor a fritanga y a ambientador de las tiendas de menaje. Odio el olor a lejía que desprenden los baños a ultima hora. Las sonrias falsas de las dependientas. Los odio a todos porque en el fondo yo también me odio.

Me odio por estar aquí y ahora. Por no haber escogido otro camino. Odio todo lo relacionado con este uniforme. Con el abuso de autoridad que ejerzo. Odio desde a mi jefe hasta al presidente del gobierno. Pasando eso sí por el cansino del presidente de la comunidad. Odio al mismo odio por ser tan insípido. Tan lleno de vacío.

Dios. Apenas puedo esbozar una sonrisa irónica a cada paso de muerto que doy. Aprieto los dientes y vuelvo a subir los mismos escalones que he bajado. Ya sólo me quedan 3 horas más.
180 minutos. 10800 segundos. 648000 décimas de segundos que caminarían como los enterradores echan las primeras palas sobre el ataud de un fresco fiambre. Con la familia aún delante. Despacio. Borregadamente.

Por qué coño habré pensado en las putas décimas de segundo. Ahora no puedo borrarme el dato más largo de la memoria. Ahora se me harán más pesadas aún.
Es bueno saber los escondrijos de todo el centro comercial. Saber las debilidades y defectos de cada uno de la plantilla pero como todas las monotonías acaban matando.

lunes, 9 de enero de 2012

Origen

Hasta ahora sabes poco de mí. Nada. Nací en Clermont Ferrand. Concretamente en La Pradelle. Ciudad de antropólogos. Quizás por eso mismo soy así. Un atropólogo amateur. A veces voyeur y otras tantas simple observador de la gente.

Poco más hasta ahora. Es un barrio tranquilo donde poca gente sospecha nada de un joven en apariencia descuidado como yo. Pobres vecinos. Todos queríamos ser como Platiní. Queríamos volar por los aires y marcar goles que dieran Ligas, Copas de Europa.
Otros intentabamos mirar por debajo de las faldas de las compañeras de colegio.
Con 13 años un matón me robó el ciclomotor que mi padre me había regalado. Aquel tastarrio no superaba los 50 km por hora pero me era suficiente para creerme Doohan en rotondas y callejuelas. Especialmente cuando llovía.

Recuerdo que una vez estaba tan emocionado que tumbé con el ciclomotor hasta que mi desnuda rodilla probó brea y la motó calló derrotada hasta dar con un bordillo donde frenó. Tenía el corazón más acelerado que una reunión de adictos a la cocaína. Sólo pensaba en que el ciclomotor estaba totalmente arañado.
Me levanté e intenté llevarlo a un taller de motos 4 calles más abajo. Más que taller era una casa con patio de un mecánico jubilado que ponía a punto en sus ratos libres máquinas. Todos los jóvenes acudíamos a él cuando se nos estropeaban los vehículos.

La cara del mecánico era un cuadro cuando me vió entrar. No prestó atención a la moto y me señaló la rodilla. Totalmente pelada sin piel y llena de gravilla. Con el susto no había reparado en mí y el lado izquierdo del cacharro tenía tanta sangre que incluso parecía suya.
Sencillamente me desmallé.

Cuando cobré el conocimiento, tenía una coca cola y un bollo a mi lado. El mecánico sonrió al verme despertar. Tenía la rodilla llena de mierda pero con la sangre coagulada. Se podía haber hecho una morcilla con tanta sangre. La moto relucía de otro color. Había cambiado los plásticos por los de otra. Ahora estaba mejor pero cómo explicar a mi padre la metamorfosis era otra cuestión.

Como decía un día un pobre desgraciado me robó aquella moto. Estuve sin saber nada de la moto hasta pasados 2 años. Me junté con un amigo y me preguntó qué hacía yo a las 12 de la noche ayer en Beaumont. Al día siguiente al salir del instituto y me dirigí donde me dijeron.

Me pasé 4 horas esperando a que el chico cogiera mi moto. Cuando se dispuso a arrancarla me acerqué. Me reconoció. Sin mediar palabra fue a lanzarme un puñetazo, cogí la cadena que tenía guardada en la mano derecha, detrás de mi espalda y le aticé en la cara. Cayó al suelo. Seguí golpeandole sin para en la cabeza. Sangraba. Me gustaba esa sensación.
Por fin no era yo la víctima. Era el agresor. Sé que estaba inconsciente. Que no sentiría nada. Me daba igual. Disfrutaba atizándole patadas. Por la emoción del momento se me había olvidado que tenía la cadena en la mano. Me acerqué a su menisco derecho y le metí una patada. No crugió. Eché la cadena hacia atrás y con impulso le aticé nuevamente. No crugió. Coloqué el candado en un extremo y volví a golpearle. Esta vez crugió. Fue un chasquido como el mejor champgne seco.

Sonreí. Nadie me había visto. Arrastré el vivo cadaver hasta un callejón y esperé hasta que recobrara la consciencia. Pensé en las palizas que había sufrido en el colegio. En este matón que me había bajado los pantalones en clase. Pensé en el disgusto de mi madre cuando me vió la rodilla llena de sangre. En el dolor de quitar la sangre seca de la piel de la herida. Pensé en que me gustaba esto.
Tuve 20 minutos para pensar en por qué no matarlo. Quizás era demasiado. Cuando recobró la consciencia y sintió el dolor se echó a llorar. Para tener 20 años y tener esa pinta de duro, no lo hacía nada mal. Como si no fueran pocas las veces que lo había hecho. Me volvió a mirar y esta vez vi el pánico en su mirada. Esa sensación era orgásmica. Me acerqué y le abofeteé para que dejara de llorar unos segundos

Esto sólo ha sido por mi ciclomotor. Imaginate qué te puedo hacer si respiras mi mismo aire.Y como tengas la mala suerte de denunciarme, posiblemente compartas nicho con tu bisabuelo.-

A continuación siguió llorando y me alejé. Eso sí, esta vez y nuevamente motorizado.

jueves, 5 de enero de 2012

No me había escondido. Mi musa se volvió de vacaciones

Siempre que entro a trabajar pido un café en la cafetería central. Cada vez me cobraban distinto hasta que un día de casualidad me contaron que tenía descuento. Un café sólo variaba hasta entonces desde 96 céntimos hasta 140. Siempre paso a las 06: 32 por la misma cámara. Sé que es así porque incluso las veces que voy antes, me paro en la puerta el tiempo justo hasta que marca esa hora. Levanto el café en un brindis con mi sombra, como pensando que alguien me ve en ese momento, y levanta su imaginaria copa conmigo. Simple imaginación porque siempre pienso en que detrás de ese objetivo habrá alguien, cuando en más del 90% no hay nadie.
Aún así brindo. Sonrío. Como un estúpido.

En el fondo soy alguien tranquilo. Risueño y alegre. Pero en el fondo. Como los posos de una planta recicladora. Mi mierda se queda abajo pero su olor reflota y te cala hasta en el fondo más olvidado de tu cuerpo.
Hoy no quiero tener amigos. No los tengo aunque una vez me creí lleno de ellos.

Paseo por lo más escondido del edificio. Me muevo por constantes sincronizaciones temporales.
El gordo que trabaja en la tienda de videojuegos, esconde una chocolatina entre el cristal de la manguera para incendios y su cañería.
Es tremendamente despistado y siempre piensa que se la ha dejado en otro sitio cuando en realidad soy yo quien le coje la chocolatina los días impares. Los pares los dejo para que se la coma y al día siguiente me vuelva a dejar el dulce.
Así pues los días impares a las 17:20 me como la chocolatina. Apenas 20 minutos despues de haberla dejado.

El niñato de Zara escondió debajo de la alcantarilla medio kilo de una crítica marihuana, a la que suele coger un pequeño porro cada día. Justo antes de acabar su turno. Sobre las 17:45. 5 minutos más tarde le sustituyo un cogollo por un poco de cesped que corto antes de entrar. Lo coloco en el fondo del saquito. Qué sorpresa más grande se llevará. Por si acaso que me venga a preguntar.

A las 18:10 que es cuando descansan los dos. Se ponen a follar como criaturas del infierno. Él es así. Como te lo imaginas ahora. Un Nadie. Y ella es una preciosa e inocente niña de 19 años morena. Delgada. Diremos que hasta notoria en su frente mirar. Diremos que le alaga que le regalen cosas. Diremos que no ha tenido tiempo para madurar en el amor.
Él tiene 59 pero se dopa con la pastilla antipitufo gruñón.
Lo bueno es que es todos los días. Lo malo para él es que cada vez le cuesta más caprichos. Lo último fueron unos zapatos de 100 euros.
Y lo mejor de todo es que si la marihuana me pone cachondo, suelo masturbarme mientras la veo masturbarse antes de merendar un trozo de carne. No soy un enfermo. Prefiero pensar que aprovecho los recursos de mi medio. No tengo Internet. Ni pareja.

Por cortesía de la casa a las 18: 40 tengo un enorme y dorado trozo del cielo bien calentito. Con su pelo negro de hormiguitas. Baboseando su interior espachurrado elegantemente sobre sus extremedidades. Es el mejor momento del día. En parte por eso estoy en tan baja forma. Insisto en pagar pero nunca me dejan. La ley del truhan para nunca quedar mal.
Incluso me alegra que me lo ponga esa señora espigada, paragüera narizota y triste mirar que tiene Maria Irene. Ella posee otra mirada. La mirada que posee es de enferma. De loca. Pero está contenida por los antidepresivos.
Me planta un gigantesco garrote de chocolate pegajoso y caliente de más de
250 gramos. Muchas veces no me lo termino. Me lo guardo para desayunar al día siguiente. Otras bajo a Zara y consigo terminarmelo.

19:00 toca mirar una media hora los monitores del control. Formatear discos. Mirar y mirar televisores. 30 mins más de descanso. No hago nada. Me quedo leyendo. No hay nadie en cuatro habitaciones a mi alrrededor. Es la unica manera de hacer algo.

20: 25. Charles. Es un buen tipo. Tiene barba. Bebe whisky de importación en una vieja petaca. Siempre ha llevado el mismo whisky desde que tenía él 12 años. Cuando se la regaló su padre. Desde entonces no había habido día, sin que esa petacara se rellenera con el mismo tipo de whisky. Un Chivas Regal 21 years Royal Salute.
No tenía vergüenza. Dice que la perdió cuando se le levantó el kilt durante un festival a los 10 años.
Nos conocimos y nos caímos bien de primeras. Ambos somos iguales o muy parecidos. No nos gustan que nos toquen la gaita.

El tiempo se me olvida muchas veces hablando de la vida. Muchas veces acabamos a las 22:00 otras a las 21:00. Pero siempre con ese sabor malteño como fondo de nuestras conversaciones. Sentados sobre el cuadrado reposa brazos que da a la calle. Sentados bebiendo y a veces fumando a más de 45 metros de altura. Pero de caernos, nunca nos meteremos una ostia tan fuerte como de las que los ladrillos escuchan contarnos.
Es un gran tipo. Espero que me invite a cenar.