domingo, 19 de junio de 2011

No puedo respirar Arggggg

Ná mejor ni hablemos. Hoy me siento sucio. Sí, me siento así como dejado, como abandonado. Triste no porque yo quiera, si no porque ya me tocaba. Era demasiado tiempo feliz. Demasiado tiempo sin... y al final pues oye...cuando viene pues viene y hay que joderse. Ya no me acordaba de ese sudor frío, de esas noches sin dormir porque por momentos creía que me faltaba la respiración. Esas horas frente al televisor recordando tiempos mejores y con mis pañuelos al lado.
¿Sabes que me viene bien en estos momentos? Un poco de leche con miel. Sí. Dicen que te despeja pero lo único que hace es abrasarte las cuerdas vocales. Por cierto ¿sabes por qué se inventó la guitarra después de las cuerdas vocales? Porque algún friki de la época degolló a su vecino que no le dejaba dormir venga a chillar con los críos, y pensó: "Voy a tocar los músculos estos que están aquí en medio". Y le pareció y le sonó tan bien que inventó la guitarra.
Pero como te decía en algún momento vovería y menos mal que sólo han sido un par de días fuertes. Uno se pone a pensar. Tenemos pastillas azules para cuando no se nos levante, nos quedemos enchufados. Tenemos pastillas quemadoras de grasa, que junto a una dieta equilibrada y deporte, te ayudan a quedarte delgadico delgadico. Pastillas para el dolor de cabeza o muscular casi instantáneo pero...¿POR QUÉ NO HAN INVENTADO UNA PASTILLA QUE TE QUITE EL RESFRIADO DE MANERA INSTANTANEA?
Uno ya se indigna. Gracias por pensar en los Indignados, el movimiento debe de seguir, pero no me refería a ese tipo de indignación.
Hace tiempo alguna profesora recuerod que me dijo, que eso era porque había muchos tipos de catarros y que era muy difícil conseguir un medicamento genérico para todos.
Hoy con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que todo es una invención de las farmaceuticas. ¿cuanta gente ha muerto por un resfriado en 2010 en España? Quizás menos gente que por meter los dedos en el enchufe. No contemos la Gripe A que también es un cuento chainis. Pues nada. Que hoy en día puedes hablar con gente del otro lado del planeta. Puedes cotillear lo que hacen todos tus amigos cuando salen de marcha, pero lo que no puedes es quitarte de un resfriado en 24 horas.
Tienes que pasar por ese trance de ir a la farmacia y pedir el "Kit del resfriado" que consta de:
Pack de pañuelos mentolados. Vaselina para la nariz (si quieres darle otro uso tendrás que pasar más vergüenza) y elegir entre el medicamento que mejor te va, o por el contrario, el que con tanta insistecia te quiere endosar el farmaceutico. Y es que esos descuentos que le hacen pesan mucho.
Al final no te queda otra y te quedas en casa. Coges posición en el sofá. Con tu mantita, tus calcetines y tu cara de bruja de Disney y a estornudar y moquear se ha dicho.
Te pones a mirar en Internet. Descubres que tienes una enfermedad super extraña que te acorta la vida a cada respiro hasta que optas por buscar un remedio casero. Te pones a hacer gárgaras con limón. Infusiones de hierbas que venden. Comes pesacadito con limón. Te huntas la zona con arcilla. No espera, eso era para las abejas. Lo dicho, que te entretienes un buen rato y sigues resfriado. Y nada. Que el resfriado sigue ahí. En el peor de los casos aparece tu madre o algún compañero de piso que parece tu madre y te suelta: ¿Ves? Eso te pasa por dormir sin taparte. Claro todo el día ahí en manga corta...te lo tienes merecido.
Al final te quedas sin fin de semana, pero sabiendo que gracias al catarro has hecho más feliz a una farmaceutica. Que como te has tirado todo el finde en casa, no has cogido el coche ni has salido de marcha y has ahorrado un dineral y en mi caso acabas escribiendo una entrada en el blog. Toma ya.

domingo, 12 de junio de 2011

Entrada 200 y otras tantas que se quedaron en el tintero


Bueno... 200 paranoyas escritas en el blog ya...cuanto tiempo ha pasado. Quizás lo suyo hubiera dejarlo en la 100 y quedar bien, pero sin riesgo no hay emoción y aquí me tienes, resacoso perdido, escribiendo una entrada que tengo en la cabeza desde las 3 de la mañana.

No sé si sueles seguir la serie "Como conocí a vuestra madre" en caso de no hacerlo, no leas más. Vete al programa ese de intercambiar archivos y lo descargas ya porque si no, no te vas a enterar la misa la media.
Ayer me di cuenta. Yo. Unai. El Poeta Borracho, volvía al mercado. Volvía a estar en la pomada de ese mundo que durante tanto tiempo me tuvo enganchado: Las mujeres.
Ahora que me cuido y gracias a los 3 litros de cerveza alemana que colaboraron en mi deshinibición, me lancé a la aventura. Hasta ahí todo correcto. La sensación era de grandeza, de "champiñón" explosivo. Era la bajada de la montaña rusa con un sin fin de cosquilleos estomacales. ¡Hasta conseguí su teléfono!
Pero apareció el Ted Mosby que todos llevamos dentro. O eso o se me fue la tontería etílica y empecé a ser consciente de todo lo que había hecho.

Ella me miraba y a mi me gustaba. Pensé en escribirle una canción, en contarle una gracia y al final las palabras salieron solas. E insisto, cada mirada suya me gustaba más. Sus ojos azules como el recuadro de las ventanas de Explorer (sé que queda mejor "azules como el océano", como la "Salvia Guaranitica" e incluso azules como el logotipo de la marca de cerveza que bebíamos. Pero esto es laborracheradelpoeta.blogspot.com. Aquí se está para innovar. Para inventar, no para cumplir tópicos.) me vendí relativamente bien. Lo primero que solté: "Soy entrenador de fútbol" que así de primeras puedes hasta quedar bien. Lo jodido fue cuando me preguntó el club y pensé "mierda...es como decir que tengo un coche y a la hora de enseñarlo se cae a pedazos" luego también le confesé que curro de camarero. Disfruté y quizás me equivoqué o me precipité, quizás, quizás, quizás...
Parezco un quinceañero y lo sé, pero de vez en cuando me gusta.

Y al igual que vino, se fue. Pienso que si nos sentamos en mesas tan juntas, que si eran ella y sus amigas tan accesibles y simpáticas, sería por algo. Al igual que luego, cuando apareció un amigo con el que teníamos conversaciones pendientes ella voló, supongo que también sería por algo.

De camino a casa una persona me comentó que quizás no estaba interesada en mi. Y eso me dejó en la actual tesitura, y ante lo que a falta de algo mejor, será mi comedura de olla durante hoy.
¿La llamo o no la llamo? Espero a que mueva ella o lo hago yo. En fin y resumiendo que hoy nada más levantarme lo primero que me ha llegado a la cabeza es mi teoría:

Todos los hombres buscamos ser como Barney Stinson


Un tipo elocuente. Gracioso. Obsesionado con la originalidad y con un estilo y modo de vida que en parte todos quisieramos seguir, por la peculiaridad de la misma. Y durante algunos momentos puntuales, conseguimos estar a su altura pero poco más.
Sin embargo, todos los tíos cuando nos interesa alguien somos un Ted Mosbey.



Y más en mi caso.A falta de creer en un dios todopoderoso, me conformo en que las cosas no pueden pasar porque sí. Tienen que pasar por algo. Cuando estás en la cola del supermercado ¿por qué te juntas con esas personas y no con otras? Pues lo mismo sólo que en este caso con las mujeres.
De repente le buscamos sentido a cosas que no lo tienen. Sacamos uniones reales o ficticias para creernos nuestra propia historia. ¿Y al final? Pues ya te lo contaré.

Aunque con la tontería ya hemos llegado al final de la entrada 200. Así que cumplamos con lo esperado y cien entradas después voy a seguir agradeciéndote que me sigas leyendo. Sé que este blog a pasado por épocas mejores, pero entre el fútbol, el bar y ciertos comentarios que me desanimaron muchísimo el blog tuvo su caída en picado.
Quizás sea por mi espíritu guerrero y cierto aire desafiante que me acompaña allá donde voy pero al menos hasta septiembre levantaré esto. A partir de ahí si que no puedo prometer nada. Así que mil gracias por molestarte en leer este blog. En caso de que seas nueva o nuevo, ya ves que el trato es familiar y cien por cien casero y aunque sea de los pocos tópicos que hay en este pedacito de internet: "Espero que hayas disfrutado de su lectura, tanto como yo de escribirla."

miércoles, 8 de junio de 2011

Parte 2

INTRO: El narrador nos presenta a Paul. Un tipo inteligente abandonado a una suerte inexistente. Relata algo de sus secretos más intimos.
"(...) En realidad había disfrutado haciéndolo. No era maquiabélico. era "paulleresco"
Cada Miércoles apuntaba una más a su colección. Le aterrorizaba que alguien más allá de su círculo más cercano lo supiera. Aunque lo que más le preocupaba era el qué diran de la gente.
Cogió una cabeza y la perfiló con un cuter. Un corte milimétrico. Preciso. Más calculado incluso que el beneficio anual de las cajas de ahorros. Y la volvió a dejar en su sitio.
Todavía aún recordaba a su madre diciéndole: "Con los huevos negros que tienes ya y todavía me andas jugando con muñequitas ¿qué hice yo mal?
Por que sí. Su secreto mejor guardado era ese. Con treinta años en la espalda y seguía coleccionando cabezas de muñecas. Cabezas a las que les gustaba transformar a su gusto y manera. A veces con un cuter, otras con maquillaje femenino...
Y sí ese era el secreto de su familia. El de ser un coleccionista paullista*.
Se tumbó sobre la cama y empezó a repasar las mejores partidas de ajedrez que había disputado. Era una paja mental. Sí porque por lo general, en el periodo que no tienes pareja pero que sigues echando de menos a tu ex, te da por pajearte pensando en aquellos maravillosos momentos erotico-festivos que tuvistéis. Esta vez Paul hacía lo mismo con el ajedrez. Disfrutaba del pasado porque su presente era distinto.
Al final calló derrotado y sonriendo cual yonqui chutado.
Por la mañana bajó a tomarse su café cortado, su palmerita con pepitas de chocolate. Su zumo de naranja exprimido pero sin quitar la pulpa, dos sacarinas y echar los veinte céntimos a la máquina tragaperras. Esa era la rutina diaria que había adquirido. El precio se lo sabía de los meses y meses que había estado pensando lo mismo. Aún así, él hacía como que calculaba los precios y hacía creerse así mismo que había calculado todo en apenas dos segundos.
El viernes Más y mejor.
* Paulleresco: Mirar final de Parte 1

domingo, 5 de junio de 2011

Parte 1

Era una noche fría de Agosto y su vida era más oscura que el manto que le iluminaba. Tumbado sobre el capó del coche contemplaba las estrellas. Mudo. Vacío y tan lleno como la nada. Y no esperaba grandes cosas de nada ni de nadie. Tan sólo ocupaba un espacio. Un par de gatos callejeros se subieron encima del techo, habiendo calculado con anterioridad que la persona que estaba ahí era tan inofensiva como el pienso que un día comieron en su hogar.
Visto de frente, completaban la imagen que cualquier fotógrafo hubiera soñado capturar.
Pall era un desgraciado. Siempre se había empeñado en el elegir mal y en vez de insistir, se dejó llevar a la deriva, confiando en que el "Destino" lo llevara a atracar a un puerto mejor.
Había sido un día duro. Sin apenas trabajo pero igual de duro. Paul tenía una vida normal. Como la tuya, e igual que tú, él también pensaba que la de los demás era menos aburrida y mejor.
Había salido del trabajo y había quedado con una amiga. Él esperaba que algún día se abalanzara sobre ella. Ella esperaba abalanzarse sobre otro que no fuera él, algún día.
En su casa amparaban más de quince libros de las tres carreras que un día empezó y que nuncó terminó.
En una estantería se empolbaban cada día un poco más los trofeos que un día ganó con el ajedrez. Era un tipo inteligente de esos que merecía la pena conocer pero de esos que, por lo general, no conoces por lo rebuscado de su personalidad.
Guardaba un gran secreto que no tenía reparo en confesar, pero no nos entretengamos con eso.
Por fin volvió a su cuerpo. Se subió al coche y descendió la gran recta fue entonces cuando arrancó el motor. ¿Que por qué no antes? porque se planteó no hacer lo de siempre y por norma lo que todo el mundo hace.
Cuando subió a casa abrió el armario que nunca sneseñaba y se quedó mirando las cabezas que él mismo había cortado. En realidad había disfrutado haciendolo. No era maquiabélico, era Pallérico.
Pero como no es cuestión de destripar mucho más esto...prometeme que le echarás un vistazo para el Miércoles que será cuando lo continue.