
Que si eres una hija de puta, que si no me tienes que robar aquello. Los chillos suben los decibelios y agotan mi ya bapuleada paciencia. Decido que estoy cansado pero quiero comer en tranquilidad. Pongo la labadora y saco la fregona al balcón. Desde ahí se escuchan con más fuerza los gritos. Vuelvo a la cocina. Por el patio más quejas. Los triste es que la mayor tiene ya 27 años y la pequeña 18. Comienzo la sandía a rebanadas. Me gustaría subir arriba y decir: "chiquillos que estamos en San Fermines un poco de tregua.Tampoco es cuestión de porculear más." Pero no. Decido pasar a la acción con la sandía.

Paso de las rebanadas a cortar triangulos gigantescos y zambullir mi boca en su carne. (esta última frase me la podeis plagiar para cualquier obra erótica) Su líquido chorrea por mi boca (espera espera tío...¿es esto un relato erótico o es más bien un blog? ...ostias que jambo) Suena una amenza de tirar no sé lo qué por la ventana. Se acabó. Guardo la sandía. Me lío un porro. Miro la entrada de Marytxu..."cómo escribe la cabrona" pienso. Comienzo la entrada nueva. Saboreo la desconexión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario