jueves, 11 de marzo de 2010

Va de improvisación

Alvaro es rico en su palacio de papel,
nunca se imaginó tener una torre como la de Babel.
Su felicidad transcurre sin ira. A veces
los colegas le sienten "falto de pilas"

Y es que el amor no perdona. Puedes tener alas
pero cuando te las cortan, todo ser rebaja y te llena
de rabia
Y cada mañana es más sombrío teniendo los labios fríos.

Sara ya no es feliz dejó a Alvaró y soñó ser aprendiz.
Las palizas que soportaba quedaron atrás.
Camino transcurrido. "No me lo volverán a hacer."
Gritó "nunca jamás"

Sus pensamientos son libres,
se alejó de los "corre ve y diles"
Ahora vive en una gran ciudad.
Prefiere el anonimato a que su vida sea una contrariedad.

Francisco quiso ser bombero. Pero no estudió.
Cada día a las cinco de la mañana lo ves fumando.
Apaga fuegos entre facturas mientras va caminando
a una empresa que no aparecía ni en pesadillas.

Los sueños de formar una familia se esfumaron,
el día que se fue a casar y le dejaron tirado.
Ya no confía en las mujeres. En realidad era homosexual.
Sale de noche. Donde todo da igual.

Natalia soñó ser puta. Desde pequeña cobrando,
decidió ir formando un banco.
Hoy la tienes en la sucursal de debajo de tu casa.
Sigue igual. Chupando(del trabajador se sobreentiende)
y en comisiones robando.

Pero cuando llega a casa no es feliz.
Se abre de piernas y gime.
Van pasando todos los camaradas
se casó con un mal adalid.

Unai es un poeta. Cansado de no ser protagonista
se esconde entre blogs de malas familias.
Fijaros cual es el descaro que tanto cuerpo aguanta
que su nombre filtra entre tanta palabra.

Sigue bebiendo para recordar. Lo que una vez
intentó olvidar y que nunca jamás recuperará.
La esencia de poder bailar borracho. Etílicamente atado
a una vergüenza desvergonzada.

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