sábado, 6 de agosto de 2011

Miau

Empiezo a estar asustado. Van pasando los años y el cachondeo de la vida se empieza acabar. Como un don innato en la naturaleza nuestros padres ya nos han dejado volar. Llegado el momento ya nos hemos metido buenos golpes desde el nido materno en nuestro intento por aprender a volar. Cuando escuchaba eso de "pasan los años" siempre lo había asociado a gente mayor pero me doy cuenta de que llevan razón. Ahora empiezo a ser un joven con tintes y perfumes de adulto. Uno se da de ese cambio cuenta más tarde. Cuando sin darte cuenta ya no juegas al fútbol tanto como antes con los amigos. Cuando aunque tu madre te haya hecho la cena cuando vuelvas a casa, ya no es lo mismo. Y los días tienen números, segundos y ganas de acabar lo que estás haciendo para cambiar a otra actividad. ¿Sabes? lo que más hecho de menos de aquellos días es que cuando veraneaba con mis padres, llegaba un momento en que no sabía (porque no me preocupaba) ni qué día de la semana era. Me viene la imágen de cuando tenía 11 años en Benidorm. Dos años alternos veraneamos en Benidorm y nos alojabamos en una de esas urbanizaciones de enormes torres de apartamentos. Donde en verano, el 90% de los usuarios particulares, están en otro lado. La típica urbanización en medio de Benidorm que aquí se me haría imposible imaginar.



Como decía, el recuerdo es jugando con mi padre al billar y con un gesto inocente y totalmente serio, le preguntaba a mi padre entre carcajadas ajenas, que estaba preocupado porque no sabía ni en qué día de la semana vivía. Que igual era porque tenía problemas de memoria. Aquellos años fueron maraviyosos por aquel olvido.


Hoy por hoy, existen días de salida o días de llegada. Existe una cosa que se llama sueldo y que te permite hacerte olvidar o no de los días. De los planes que habías hecho y que por necesidad de tu jefe, tienes que cambiar.
Y aunque me sorprende no me defrauda. Sé que es necesario y me gusta la sensación de volar sólo. La sensación de que las deciosones que tome en mi vida las tendré que solventar yo mismo, aún sabiendo que mis padres estarán siempre en el nido familiar y acuda a ellos cuando me golpee contra el suelo.
Ahora lo que no me gusta tanto de estos momentos son el futuro que me depara. Llegan años de formalizarse. De dejar de jugar a fútbol lo poco que jugabas antes. De tener una compañera y formar un nido lo más sólido posible. De pagar eternamente ese nido. Llegan años que supongo también disfrutaré de otro modo pero años que no ... ansío.


Veo en mi entorno que si cuentas viviendas. Que no está mal tener una. Pero es un claro síntoma de que te quieres estabilizar en una zona. Dejar de soñar ser, para asumir lo que eres. Hace unos años escuché en la radio (recuerdo que en ese momento daba yo la rotonda que hay en la Iglesia de Capuchinos hacía Ansoain. Conducía aquella furgoneta roñosa blanca y la Ser se escuchaba) que en el resto de Europa se utiliza más el alquiler. Los razones me convecieron y me dejaron marcado, al menos hasta el momento. Decía que la juventud europea era más nómada. Que ellos sabían que aunque no tuvieran "nada suyo", ante una mejora laboral, o un cambio de estudios o una separación sentimental, tenían la posibilidad de desplazarse hasta la otra punta de el país sin necesidad de vender el piso.
Según lo veo yo, una hipotéca es anclar la tienda de campaña al suelo con un candado, y tirar la llave al río. Hoy en día y con los años que vienen ... vender un piso ya no es como antes. Además, si te sale trabajo en Francia, puedes vender con cierta facilidad el coche, la moto o los Vhs que conservas, antes que un piso.


Hipotecarse es aguantar a los vecinos raros siempre. Es hacer que te conozca la misma gente y liquidar la ya poca intimidad que te daba no ser "famoso". Y bien. Si a ti te gusta eso lo entiendo. Pero mi forma de entender la vida me lo impide.
Pero aunque lo tenga tan claro, mi "yo" más profundo se hace una pregunta: "¿De verdad es el camino que yo pienso el correcto, o, el que menos me gusta, una realidad necesaria y un síntoma de madurez?
Dicho de otro modo aunque yo no lo quiera ¿tengo que resignarme a vivir como el resto porque es lo correcto y dejarme de tonterías?





Hoy me acompañó: Robe, Uoho, Miguel Colino, y Jose Ignacio Cantera

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