domingo, 28 de agosto de 2011

Bueno. Ya se ha acabado el verano. Ayer tuve un bodorrio exquisito. Me conocí más a mí mismo, y no por cuanto conseguía beber, sino por una serie de sucesos que ocurrieron.
Aún así sé que esto se ha acabado. Empiezan las rutinas. La semana que viene empiezo a entrenar. La siguiente a estudiar y así hasta dentro de un año.

Ahora mismo la diferencia radica en que el viernes me despidieron así que todos los planes de horario que tenía se han ido al garete. La única posibilidad es conseguir un trabajo de noche. Sé que la cosa está mal para conseguir un trabajo. Aún así lo que no puedo hacer es quedarme en casa lamentadome de lo desgraciado que soy y lo mal qué va el país.

Soy cabezón por naturaleza y apoyo la mayoría de mis decisiones una vez tomadas, hasta el final. Con todas consecuencias. Eso hace que no vaya a dejar la FP de radio que empiezo este año, entre otras por los 1200 euros que termino de pagar pasado mañana. Y lo de los críos ... me he currado bastante conseguir una entrevista. El demostrar a un desconocido, que como mucho me ha podido ver dirigir un partido, que puedo ser la persona de confianza que busca. Vale. No me han dado el mejor equipo que había en el club. Quizás todo lo contrario, pero me gustan los retos y est tiene pinta de ser uno de los buenos.

Así que mi situación actual es: Sin curro. Sin copilota. Sin demasiadas motivaciones o ánimo a nivel interior pero con ganas de zambullirme en nuevos proyectos. Nueva vida. Conocer a más gente, realizar otro tipo de trabajo. Demostrar a mí mismo que puedo ser un entrenador cojonudo y que no tengo que temer a los cambios de la vida. Porque soy un monstruo desafortunado en el amor, pero con una entrega que muchos príncipes para sí quisiera.

Así que nada. A echar la siesta y a trabajar. Esperar que me den el finiquito y comenzar algo nuevo

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