domingo, 5 de diciembre de 2010

Entre conversaciones de etílicas conclusiones y fantasiosas reflexiones divago. No. No sé si levantarme o declararme en huelga. ¡Vago! Siempre hago lo que quiero. Compruebo a cada instante que no me falta de nada. A mi izquierda mis amigos. A la derecha, el camarero siempre atento. En el centro una joven que me cuenta su vida. La miro. Ella piensa que le hago caso. En realidad no puedo evitar borrar esa sonrisa tan imbécil que me han regalado las "bebidas espirituosas" en anteriores locales ingeridas. La toco. Me gusta el tacto de su chaqueta. Cómo debe de ser viajar por entre su cuerpo...La vuelvo a mirar. Bajo la mirada un poco más y me junto con ellas. Con esa forma tan redondeada. Tan apetecible de tocar. El motivo por el cual esta noche no mojaré. Mis michelines.

Levanto el rostro hacia la oscura noche que alumbra todo el techo del local. Mientras sopeso las posibilidades quie tengo de tocarle las tetas, ella me ha debido de preguntar algo. Cierro la boca. Meto los labios hacia dentro y mujo (mugir) "sí aunque tal y como lo has planteado no sé yo sí..." Mi respuesta le convence. Sigue contándome sus historias. Escucho a mis espaldas la mecha de lo que será una gran pelea. "¿Por qué me miraste así?" "Es que soy vizco" "Pues arreglatelo gilipollas" Primer derechazo al aire. Pero el segundo vaso impacta en una pared.

La chica ni se inmuta. El camarero se esconde agachándose en la barra. Mis amigos miran la pelea y me miran. Mensaje recibido. Alejarse es la primera opción. La segunda es seguir sopesando lo de sus tetas. Ahora mismo el cerebro no me da para más. Tengo todo. Música. Amigos y tiempo para disfrutarlo con ellos. Aparece su novio. No es celoso. Según me cuentan son bastante liberales.

Me vuelvo a mirar los michelines. Pienso que si ellos están felices ahí (aunque no lo parezcan tienen vida propia y se retroalimentan) tampoco hace falta matarse para eliminarlos. Además, ya son demasiados años de convivencia. Sería una separación traumática. Dos horas después sigo escuchandola. Me cae bien. El alcohol ha bajado su fuerza sobre mí y ya no pienso en sus tetas. Ahora en su culo. Su historia me ha conmovido. Sólo he podido prestarle atención los últimos 48 segundos pero...¡Qué historia! Tenía una pelea. Drogas. Sexo con otros ajenos a mí, e incluso un final no resuelto...

Encienden las luces. El techo pasa de ser negro a azul. Dios que gran metáfora del día y la noche. ¿Lo pintarían a propósito? ¿Qué pintaba yo en aquel bar? Al final los de la pelea pintaron su firma en un papel de denuncia de la policía municipal.

Y de aquella conversación y tres más, aprendí que sí que pinto. Que cuando personas que no me conocen o "desconocían" si seguía vivo o muerto, me piden colaborar juntos en proyectos es por algo. Porque aquí hay tinta para rato.

2 comentarios:

  1. Unai, impresionada me he quedado.
    Menuda redacción. Si señor. Me ha gustado muchísimo.
    Te copiaré :D

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  2. Es un halago Marytxu. Me has dejado de piedra jeje. Son simplemente historias que tengo en la cabeza. Si me copias no te olvides de nombrar mi blog. Que aunque suene un poco italo-gitano "Madonna...Negozio e Negozio"

    Pero como te decía...son chorradas que tengo en la cabeza. Además me vino bien hablar con esa gente. A comienzos de esta semana pensé en colgar el bolígrafo y el teclado. Me vino ese momento de bajón en el que pensé que quizás no escriba tan bien como la gente me dice y que sólo me lo dicen por ese lazo de amistad existente. En cambio eso de que gente con la que había perdido el contacto quisiera escribir algo conmigo...me motivó jeje. Un placer Marytxu que pasees por este blog como por tu casa. Gracias

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