viernes, 17 de diciembre de 2010

¿Y por qué no?

Una suerte haberme encontrado el ordenador encendido a estas horas tan...intempestibas o anormales en mi vida. No suelo escribir entradas cuando me las piden sino cuando tengo algo que siento y necesito expresarlo.

La felicidad es tan relativa como la política. Yo sin ser relativo en estos momentos estoy feliz. Con mi inseparable "Standby" de mis apreciados "Extremoduro" tengo que confesarte que hostelería es un trabajo duro pero también muy agradecido. El conocer a gente que pasa de ser completamente desconocida a... gente cercana. Amable hasta límites insospechados. Que te cuenta su vida y compartes recuerdos gratos e ingratos por partes desiguales (siempre abundan los buenos momentos). Hoy es un día de esos. Lo que parecía ser un jueves de pirarse rápido del bar, se ha convertido en uno de esos días que guardas en la memoria con especial cariño. Un recuerdo de esos que cuando echas la vista atrás, hasta añoras. Al ritmo de la gran música (Extremoduro, Marea, Barrica, un poco de SDFK) y combinado con unos cuantos combinados, 4 personas han escrito en mi memoría un capítulo imborrable. De paso me han recordado que no debo de cambiar. Debo de seguir siendo yo mismo. Sí, un tipo gordo (eso siempre, al menos para mí, es lo de menos) tranquilo y sonriente. Que sabe cuándo hace falta y cuando sobra. Pero ante todo ser un tipo agradecido.

¿Quién iba a decirme a mí esto? Estar agusto con desconocidos. En parte y siendo sinceros, siempre me han gustado ese tipo de experiencias. Conocer a gente y compartir experiencias. De una manera desinteresada. Apoyar a quien lo necesita y no para de reir. Porque bajo mi punto de vista, no hay momentos malos en la vida. Sino momentos en los que necesitas aprender. Aprender por tus experiencias o experiencias ajenas y si puede ser sonriendo mejor. Cuando me rompí el dedo, claro que lo pasé mal. Claro que me sentía inútil hasta la saciedad, pero siempre tenía una broma a mano o "a dedo" en este caso: "Este está castigado, por eso lo tengo enyesado. Para que aprenda que si choca con la rodilla estará un mes sin ver la luz".

O cuando me vi "sólo" (entre comillas porque jamás he estado sólo. Siempre ha estado mi familia y mucha gente que acudió a mi rescate sin yo pedirlo. GRACIAS) con cierto humor negro me di cuenta de que aún sin novia, sin el epicentro de mi vida hasta ese momento, el telediario seguía fiel a las 15:00. Que tenía un mundo que explorar y que conocer y el telediario de Cuatro a las infalibles 15:00 ahí seguía. Fiel a su rutina de contar qué había pasado en el mundo. Un mundo al que yo había dejado en pause y que seguía dando vueltas.

Por momentos como este, siempre me he considerado tremendamente afortunado. Porque quizás no tenga una novia que me ame. Ni siquiera alguien que se interese por mi falta de sexo. Quizás no sea multimillonario o famoso. Tampoco es que sea muy agraciado físicamente. Pero comparto con gente experiencias irrepetibles. Momentos que se quedarán en nuestra memoria hasta que la guadaña o el alzehimer los evapore como el agua en el desierto. Despacio pero constante. Hoy a estas horas me siento feliz. Soy feliz. Y quizás esta sensación se acabe como se acaba todo en esta vida. Pero nadie me podrá quitar estos momentos. SOY FELIZ.

P.D. Espero que una de esas cuatro personas se haya convertido en una "seguidora de vidas ajenas" por eso hago referencia aquí a la letra que escribí y que hoy no he encontrado. Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario