martes, 30 de noviembre de 2010

Un clásico de los clásicos (otra vez más)

No. No pienso escribir una entrada que hable sobre lo superior que fue el F.C.Barcelona ante el Real Madrid (Jazzman digas lo que digas lo de Guardiola es una provocación). Para ello ya están cerca de diezmil blogs con la etiqueta "Barsa -Real Madrid" y si queréis saber algo encender la televisión esta semana que os vais a hartar.

Cuando hablo de un clásico entre los clásicos, me refiero a cómo ve cada uno, una misma situación y saca conclusión diferentes. Ayer Mourinho no negó lo evidente. Que el Barsa le dió un repaso. Pero muchos entrenadores cuando pierden por goleada hablan de "nos merecimos ganar" o "hemos sido muy superiores sólo que ellos han sabido aprovechar sus ocasiones mejor".

Tengo que confesarte antes de continuar, que estoy a dieta (sufro una tendinitis más que seria en la rodilla izquierda que si me sigue doliendo quizás acabe en intervención quirúrgica. Debido a que tengo un poquito de claustrofobia, subo a casa y a los pisos por escalera. Eso añadido a mi peso...) de esta forma perderé peso. La otra es que me he retirado de las mujeres. Sí. Hasta esta semana mi mundo giraba en torno a la posibilidad de sufrir una aventura con casi cualquier hembra. En cambio he llegado a la conclusión de que es mejor centrarme en mis cosas y si llega algo...ya se verá en ese momento.

Como decía, una misma cosa se ve de distinta manera. Ayer viví el clásico la primera parte con los amigos y la segunda en el bar. Allí fui "convencido" por un grupo de chicas que conoczco desde hace tiempo. Son simpatiquísimas. La promotora de la idea de que viera con ellas el partido, a cada gol del Barsa me picaba. Me abrazaba, yo la decía que la quería muchísimo y ella ponía ojitos de dibujo japonés. Después del partido sonó una música con la que nos pusimos a bailar. Ella se acercó y me dijo en voz baja, pero sabiendo que aunque estuviéramos rodeados de gente, nadie nos escuchaba: "vente conmigo a la Totem hoy. No espera. Que no hay nada. Vente conmigo el sábado que viene"
Yo siguiendo el juego (juro que sin ganas de mojar pincel) le respondí que encantado, pero que quizás no aguantaría ella mi ritmo. Se río. Se giró sobre si misma y me golpeó con esa mirada que sólo una mujer sabe hacer. De esas de las películas cuando dejan KO al prota. Bailamos una ranchera. Que si baila para aquí baile para allá. Que si en este giro me dejo caer un poco más. Que si me apoyo en tu hombro. Pero sobre todo y ante todo un detalle. Cuando nos dábamos la mano (para agarrarnos al bailar, al celebrar ella un gol del Barsa) como que nos costaba separarnosla y apurábamos hasta las puntillas de los dedos para soltarnos. Al terminar el partido y la post celebración del mismo. Ellas se fueron a otro bar a continuar la marcha y yo...muy a muy pesar, decidí retirarme a casa.

Total ¿quién soy yo? Su simple camarero. El que les atiende a ella y ellas, a todos, con una sonrisa y algún comentario gracioso. De camino para el coche acompañé a un compañero de trabajo de ellas al coche. Mi sorpresa fue lo que me dijo. "¿Has visto a "V"? Como me metía fichas?"
Yo flipé. "V" era la chica que me animó a ir al bar. La que me propuso ir a la Totem y...vamos que era la misma "V" la suya y la mía. Lo único que yo vi era como "V" insinuaba que su compañero quizás era homosexual. Y poco más. Bromas y más bromas. De ahí a meter fichas...para mi conseideración había un trecho importante.

Así que flipé aún más. Era la misma situación (el mismo partido) sólo que cada uno sacó conclusiones muy diferentes. Yo...como me conozco mi vida, pensé que las experiencias que viví con "V" habrían sido tonterías mías. Y que quizás cuando trataba de quedar conmigo sería porque el alcohol había hecho constancia en ella. Vamos un clásico de los clásicos.

Eso... eso... esto es todo amigos.

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