lunes, 11 de octubre de 2010

Bienvenidos a...



Mi vida es aburrida cuando no paro de currar. Vale. Nunca entrará una clienta que se enamore de mis flotadores, ni de mi negruzco humor. En caso de entrar el cliente un millón al bar, no caerán globos del techo como en las series americanas, ni se escucharán risas de fondo cuando me meto alguna gracieta. Y cuando me pongo a hacer pequeños malavares con los azucarillos (quiero hacer una catapulta con la cucharilla y catapultar los azucarillos hasta el plato. Por ahora sólo he conseguido encajar un azucarillo) no se escuchará una oleda de "ohhh". Aún así con lo patoso que soy es imposible que me aburra.

Hoy me he atrevido. No lo he pensado y me he lanzado sin vacilaciones. He ido al Consum a comprar un cepillo y pasta para los dientes. Después tenía que comprar el pan y mientras caminaba por el supermercado en busca de los productos, me he puesto a juguetear dentro del bolsillo con las 3 monedas de 2 euros. (6 euros por si eres portero de discoteca y...eso de la ESO no te suena)

La cosa está en que una de ellas se me cae al suelo como a cámara lenta. No contenta con ello y con el pause puesto empieza a rodar delante mía hasta girar a la derecha y chocarse con la estructura metálica que sostenía la estantería haciendo un bacilón sonido. Como diciéndome: "clinc. Ahora te vas a joder campeón". Dudo unos instantes si merece la pena agacharse por dos euros, si a cambio pierdo cualquier halo de vergüenza. No me agacho, me tumbo en el frío suelo para poder ver y descubro el otro mundo. El universo paralelo de los supermercados "los productos caídos".

Descubro un paquete de toallitas húmedas de Dodotis abiertas y más secas que el desierto. Un pastel a medio comer. Mucha pelusa y muchos plásticos. Mientras, mi moneda no aparecía. Miro a la cajera que está observando la escena. Pienso en que igual se apiada y me pregunta qué me pasa. Pero es ella quien pasa de mí. Sigo mi búsqueda. Mi mano va a parar a una lata de comida de gato ABIERTA. UNA PUTA LATA DE COMIDA DE GATO ABIERTA. ¿qué pasa? ¿hay gente que se esconde comida de gato en los bolsillos o en los bolsos? ¿Les ha dado a los ratones por abrir y comer comida de gatos?

Giro la cabeza hacia la baldosa blanca del suelo. Me quedo tumbado recto en el suelo y con mis dedos impregnados de comida de gato. Menos mal que los pensamientos no se escuchan. Con la mirada ida y con una resignación meritoria, sigo palpando y viendo ese otro submundo. Condones sin abrir, una pizza entera debajo del pasillo de droguería...ah y los donetes mordidos como para olvidarse de ellos. Por fin encuentro la dichosa monedita. Sonrío como si tal cosa pero tumbado en el pasillo de un supermercado a la cajera. Ella deja de mirarme y se centra en su trabajo.

En el fondo hasta me ha gustado la situación. Me pongo de pié habiéndome limpiado la mano con las toallitas del final del paquete que había sacado apenas 2 mins antes.
Una vez de pié me quedo mirando el paquete con cierta compasión. De repente y por sí sola se activa mi pierna derecha metiéndole una ligera patadita al paquete que lo devuelve al olvido de donde lo saqué. Miro constamente a mi alrededor por si me ha visto alguien. Parece que no. Me quito la porquería que se me había pegado a la ropa y prosigo feliz mi camino con mis 6 euros esta vez en la mano. Una vez en la cola se me ha ocurrido ir a sacarle una fotografía a todo aquello pero ya hubiera sido demasiado cantoso.

Espero que te haya gustado, perdón por no poner una fotografía pero...cómo me he currado con el "paint" la imagen del principio ¡Eh! si es que...tantos años de Bachillerato tienen su recompensa jajaja.

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