jueves, 7 de octubre de 2010

Así como en la anterior entrada escribía que mi vida era aburrida, ayer (miércoles) la cosa cambió. En este caso ya que Mahoma no puede ir a la montaña, la montaña decide venirse en forma de divertida anécdota. Ayer libraba y sabiendo la que hoy se me avecinaba decidí aparcarme en casa. El destino tenía reservada una peluda y negra anécdota.

Tocaron el timbre. Abrí. Era la vecina del quinto de unos 12 años. Se me quedaba mirando y esperando que le dijera algo. No sabía que decirle y de repente una mancha negra salió de la oscuridad y se coló en mi casa. Me pareció que era una paranoya mía y no le di importancia. Entonces ella me dijo: "Me lo he encontrado en el ascensor" Me quedé aún más flipando y le contesté "Pero corazón ¿el qué?"
"Eso de ahí detrás" Me giro. Una bola negra y pequeña me maulla. Me hipnotizan al instante. Obedezco a un sentimiento mitad egoísta mitad samaritano. "Ya me lo quedo yo le respondo"

Pienso en mis padres. Empiezo a desternillarme de risa mientras el gato empieza a olfatear toda la casa y moverse como si la conociera de toda la vida.
Me gustaría quedarmelo pero mi parte de samaritano me lo impide. Sabiendo que mis padres en unos minutos cogerán el ascensor y se horrorizarán, escribo en un papel: "encontrado gato negro en el ascensor. Razón..." Según cierro la puerta mis dos gatos huelen que algún invitado ha llegado. Maullan y rebufan pero una puerta impide llegar a más.

Entran mis padres. "¿¿¿¿Un gato negro????" se histeriza mi madre. "eso trae mal fario" el gato se asusta y se esconde entre mis tobillos. En tono bacilón le respondo: "Tú lo que pasa es que eres una racista gatuna" Mi madre y mi hermano, como si de una serie americana se tratara estallan en una carcajada.

Al final escuchamos por el patio algo así como "no lo encuentro por ningún lado. Se ha debido escapar" Subimos dos pisos más arriba y la dueña abre la puerta. El gato entra sitiéndose como en casa y la dueña nos agradece con un "muchas gracias, es tan travieso que a poco que dejemos la puerta abierta se escapa.

Y hasta ahí la batalla. Por cierto os dejo una imágen del gatico gatuno. Cuídate.

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