domingo, 2 de enero de 2011

Mi verdadera historia

Tengo la sorpresa esperada. He realizado ese cambio de look que prometí. Así que pasemos a la sesión de fotografías egocéntricas. Sí apenas hablo de mí, encima ahora tienes que verme...Pero no nos enrrollemos más.

Ahí van un par de fotografías:



Ahí con una gorra del señor Jazzman. No me queda tan mal ¿o qué?



Aquí una que envié a un curriculum. Me rechazaron. No debí dar el perfil.



Atención, porque cuando me pongo la camiseta de Argentina, es cuando elijo hacerme fotos. ¿Casualidad? ¿Brujería?



Una última antes de la chapa. Como os digo la camiseta de Argentina tiene...algo. No reirse con mi "pose tan natural" por favor.




Bueno ahora va la paranoya por la que he decidido cambiarme de look. Este ultimo año que ha sido bastante bacheado, tomé la decisión de que tengo que ser un guerrero. No rendirme nunca y luchar hasta el final. Dar todo lo que tengo en mí, poner de mi parte y saber que no sé de nada. Que no soy experto en ninguna materia y que debo dejar la posibilidad, de aprender de quien me pueda enseñar. Todo esto, lo simbolicé en la metáfora de mi pelo.

En las películas, en los libros e incluso en la realidad, los guerreros medievales, se dejaban el pelo largo para dar más temor a sus enemigos. Para parecerse lo más posible a las bestias que demostraban ser en el campo de batalla. A su vez, para mí era un "no tengo tiempo para arreglarme, sólo tengo en mente luchar". Y así lo he imitado yo. Este año me he dejado barba, el pelo bastante largo, pero sobre todo la barba. Y ahora...pues mucho mejor verlo.

Antes:



Después:



Todo esto, tiene la simple y llana explicación de que empiezo desde 1. No desde 0 que es sin saber nada, sino desde el primer punto y aparte que hice en mi vida. Ese punto que me ha espabilado bastante. Por eso ya no hay barba ni pelo largo. Además...estaba cansado de ir a la peluquería y hacerme siempre el mismo puto corte de pelo.

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