domingo, 23 de enero de 2011

Estoy en días de reflexión...quién sabe, quizás saquemos de aqui algo positivo.
Tengo 22 años y los 25 están ahí al lado. Desde los 16 es imposible frenar el tiempo y han sido dos suspiros estos seis años. Llevo ya unos días con la idea de que no soy la persona que pensé ser con 25 años. Vale, me he orientado (el secreto está en cambiar el reloj de muñeca, por la brujula para orientarse)pero estoy lejos de las cosas que soñé ser. Está bien. Unaitxo nunca se es como se soñó ser. La vida da muchas vueltas y bla bla bla.

Ser entrenador federado de fútbol. Ser "lisensiado" (periodista) y... poco más. Esos eran mis sueños desde que era pequeño. Ahora, tal y cómo he conducido mi vida me empiezo a decirme a mi mismo eso de "si llego a... en vez de..." Desde pequeño y en cuanto descubrí qué era el fútbol (de pequeño cuando vivía en Villava y sólo jugabamos a "Power Rangers" por lo que eso del fútbol...ni idea de lo qué era)sentí que me encantaban los deportes. Viendo mi estado de forma se nota que soy de los que disfrutan más viendo y criticando que practicando. Pero la verdadera razón es que soy tremendamente patoso con lo que analizar se me da de puñetera madre pero entre lo que ve mi cerebro y la orden que manda a mi cuerpo...debe de haber alguna fuga no descubierta, porque si no nadie se explica mi incapacidad para coordinar movimientos.

Me diréis que soy joven, que tengo toda la vida por delante y bla bla bla. Pero edad límite 25 años. Como he dicho mil veces, no me preocupa la soledad, el estar sólo es sólo tener más tiempo para mejorar. El tiempo que invertiría en decir te quiero, te amo, en tu casa o en mi coche y es la primera vez que me pasa... Lo invierto en emparanoyarme en buscarme defectos para mejorar. Que tampoco está tan mal.

Y hasta aquí toda la trama filosófica espirtual de hoy. Mil gracias y nos vemos pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario