sábado, 8 de enero de 2011

Fito, libertad y...

Ya quedaron atrás los malos tiempos. Hoy toca algo de pastel de felicidad. Hoy es el día en que no pienso pensar, en si tentar o no a la crueldad. Hoy pienso caminar por la noche, por el boulebard. Camino de alguna historia aún por encontrar. Quién sabe, la cosa es sonreir hasta el amanecer. Hasta que se apaguen las luces del cielo, y el gran foco se deje quemar por el sol.

Tenemos que viajar. Tan lejos cómo nuestros corazones nos dejen volar. Escribir al ritmo de Fito y dejarnos de marear, por estupideces o pajas mentales aún por detectar, eructar o expulsar. Pensar...¿Pensar? ¡Pensar! pensar en no pensar, volar tan lejos podamos soñar y recitar por nuestros labios los versos menos verseados, de los verseados versos.

Que decir te quiero deje de ser una vulgaridad. Que le quiten al disparo su crueldad. Que tenga los arboles caídos en medio del bosque, tengan notoria sonoridad. Que no sea tan notorio el paso de la edad.
Que dejemos de pensar en la modernidad moral, que no nos estanquemos en la moral modernidad y que sobre todo, los niños hagan cosas de la edad.

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