Odio

Odio la gente que está todo el día pendiente del móvil. Actualizando constantemente su vida. Esa gente tan ególatra que se cree me importa a mi dónde está. Qué está haciendo o con quien. Descubro cuando están follando porque son los únicos 10 minutos del día en los que no sé nada de ellos.

¿Tan importante te consideras que me tienes que dar la tabarra con todo lo que haces? Yo en las dos redes sociales que me manejo, en mi estado suelo poner tonterías o como mucho lo bien que estoy o lo mal que me va. Nadie mejor que tú, sabe de mis altibajos vitales, emocionales e incluso vocacionales.

Vive la vida joder. Despegate del móvil de última generación y levanta la cabeza. Ojo. Que no critico que leas mi blog mientras fumas aliñados cigarritos, cuando llevas un mal día y esperas reirte con mis paranoyas o vete tú a saber cuando lees mis historietas.

Odio a la gente que se intenta hacer la graciosa constantemente. Ese odio va producido porque yo suelo ser ese tipo de tipos. Y sí unas veces no hago gracia pero otras acierto. ¿Quién dijo que fuera fácil hacer todo a la primera? Para ser original tengo que meter la gamba muchas veces.

Odio a la gente torpe, porque se creen torpes cuando son ligeramente despistados. Ser torpe como yo significa tirar todo lo que te rodea según caminas sin querer. Por ejemplo. En el bar de mi padre los librillos de papel de fumar, se tiran cada vez que paso por delante. No es que lo les empuje con cualquier parte de mi cuerpo sin querer, es que he visto que tantas veces seguidas no puedo tirarlos yo. Así que pienso que cuando me ven acercarme dicen: Ya está, ahora que está el bar lleno nos tiramos para que vea que estamos aquí.

Odio la gente que dice tener mala suerte cuando han tenido un mal día.
A la gente que dice tener suerte por encontrarse dinero. La suerte es tener un objetivo claro y machacarte por él. Si tienes un objetivo claro ... Es un camino abierto.

Sigo entendiendo a la gente que no piensa como yo. Es normal al fin y al cabo, yo no pienso igual que ellos