jueves, 9 de septiembre de 2010

Momentos extraños: La Caixa.

Hoy fue uno de esos momentos por los que sé que vivo mi vida y no los de una persona normal y corriente con su "monotonía".

Para ponerte en situación he de decirte que en cuanto a mi uniforme laboral, hoy al medio día, he cogido el bajo al pantalón (yo mismo sin ayuda de nadie lo juro. Casi me cuesta cargarme la plancha porque ponía mal la tira para coger el doblado y pegaba literalmente el pegamento a la plancha) así que he estado trabajando con un pantalón vaquero claro y la camisa blanca. Que tras 5 horas de trabajo en la barra ha pasado a sufrir de varicela debido a unas cuantas manchas rojas de vino tinto y blanco. Vamos que hoy me he ensuciado agusto.

Llego a Ansoain con cierta prisa a eso de las 12:30 de la mañana y entro en una sucursal de La Caixa. A una mujer oriental le han dado la medalla de oro porque justo cuando he abierto la puerta se me ha colado delante mía cual sprinter estira el cuerpo para entrar a meta antes que sus rivales y la han atendido antes. Hasta ahí todo correcto. Atienden a esta mujer y yo noto que uno de los banqueros se me queda mirando de arriba abajo y hace amago de dar un paso hacia adelante. Durante dos segundos he pensado "este tío se piensa que me he perdido y vengo a preguntar" así que un tanto nervioso por su atenta mirada a mis movimientos mientras esperaba, me acerco y le suelto.

-Buenos días vengo a domiciliar mi nómina.

Se sorprende. Me vuelve a dar un repaso como pensando "este tío está de cachondeo" . Así que yo ya un tanto mosqueado le suelto.

- Si no doy el perfil para ser cliente de La Caixa tú tranquilo que tampoco pasa nada de verdad.
Mientras me giraba hacia la puerta.
Me retiene. Me invita a que me siente. Me doy cuenta de mi sucia vestimenta y que estoy sudando... Vale quizás no se una imágen mínima para salir a la calle, pero tampoco como para juzgarme o clasificarme tan rápido.




Se excusa diciéndome: -No, es que verás no todos los días viene una persona a domiciliar su cuenta.
Yo en mi línea de ironía y sarcasmo le suelto lo que para mí es ya una "corrida mental" en toda la regla. Y la denomino así porque me da el mismo gustíco correrme que soltar una ironía así.
Como decía, muy sonriente le respondo:

- Verás mi primera intención era atracaros, pero a última hora me he arrepentido y he decidido domiciliar la nómina...supongo que me habréis caído bien.

Se ríe encajando el golpe. Que agusto me he quedado. Dios. Al recordar esta situación hasta me da un escalofrío. Le he dejado tan cortado que no sabe por dónde salir.

-Entonces ¿te vendo esto de la cuenta joven o pasamos al grano directamente?- me pregunta.
Véndeme, véndeme le replico. Cuanta más información mejor haré la valoración. Tras 45 mins y dos o tres bromas recíprocas acaba todo. Ya soy un cliente más de La Caixa a cambio de mi dinero y...un reloj de pulsera que...vamos pa fliparlo. Hasta me marca las horas.

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