domingo, 20 de noviembre de 2011

Parte 8 comienzo

Mira Camaleón la cosa está jodida. Si quieres entregar lo que debes bien. De lo contrario ya sabes lo que te espera. Aquí no jugamos a ser Sherlok Holmes y sus 7 enanitos. -

Lo sé. Oye ¿de verdad que no eres vecino mío? Cualquiera diría que has sido tú el que la ha tirado por la ventana.-

Pedazo de subnormal. Las gracias te las metes por el culo. Para cuando estés con tus amiguitos en la discotecas e intentes meterle tu micro pene a esa chica que baila tan bien y que te ha racaneado 3 cubatas y va camino de joderte otro porro.-

Claro que reconocí las palabras de mi interlocutor. Tengo que confesar que no fue ninguna alegría. Era más bien como cuando vienen esos familiares lejanos. Sabes que tienes que hacer frente a la situación pero no hay ninguna gana.

-Deja de picar muelas y dime dónde encontrarnos. Porque como tenga que encontrarte ya sabes lo que le pasó a Jesús Mari. Y ... Joder ¿de verdad quieres pasar por lo mismo otra vez? No sé. Desde aquí pensamos que te va el royo sado. Sí. Ya sabes, lo de las ceras, las pinzas en los pezones y ¿qué me dices de las pinzas del coche pegadas a tu lengua? Eléctrico ¿qué no?-

Le cuelgo. Para recibir amenazas ya tengo a mi jefe. No necesito otro subnormal. Lo malo de este es que es peligroso. Absurdamente peligroso.

Sahid me pasa un porrito que se había liado. Después de vomitar espero que no me haya dejado ningún tropezón pegado al papel.
Le meto un sorbo a la bebida. Joder si no fuera por mi pasado, mi presente y el desconocimiento del futuro, mi vida sería perfecta.

Sube el rotwailer caníbal y se sienta a mi lado. En el fondo somos los dos iguales de carniceros. Tiene el hozico lleno de sangre. Dios. Ni Tarantino hubiera imaginado imagen tan grotesca.
Alcohólico en ropa interior, fumando aliño con su perro "come lenguas" en una habitación de la España del destape. Sólo falta Paco Martínez Soria con las gallinas y diciendo que esto de la capital no es para él.

Decido salir a la calle. Coger el coche y evadirme de la realidad que me rodea. La puta llamada es lo único que no me ha encajado todavía. De aquello hace ya mucho tiempo y olvidar era claro que no se olvidarían pero no sé, para el volumen de negocio tampoco les hice perder tanto dinero.

Bajo por escaleras. Es una manera absurda de no ponerme a pensar en más tonterías ante la espera del ascensor. Pasa el tiempo y aunque los vecinos mayores parecen los mismos, los más jóvenes cambian rápidamente en apenas unos meses. De ser pequeños sacos de hormonas a espigarse y mutarse como Pokémons.

Paso de coger el coche. Hoy hay día libre. Toca salir por la ciudad

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