viernes, 25 de noviembre de 2011

PArte 8 entre tanto

-Panopawer es en realidad un experimiento con resultado satisfactorio del gobierno. Franco le dio al coco para tener controlado a todo un pueblo. Yo no fui ni su mano derecha ni nada. Soy su hermano. No me conoce nadie. No existo desde que tengo 30 años para el gobierno. Soy Anselmo Fausto Crespo. Atrás quedó Juan José David Franco Bahamontes. Si quieres creertelo bien. Si no ¿por qué no me pasas un poco de eso?-

Anselmo señaló el porro ya liado. Joder estará loco perdido pero cómo gorronea. Como mínimo sorprendente. El día hace que le crea. La razón y la incredulidad me lo impiden. ¿Por qué cojones me cuenta esto a mi? Yo que soy el último desgraciado de esta feliz y enorme ciudad.

-Todo cuadra. ¿Cuando se acabó la guerra?- me preguntó.
-En 1939 sí. Pero Anselmo. Si todo esto es para gorronearme hierba ... joder yo a usted se la regalo. Solamente por la edad que tiene y por las ansias con las que fuma tiene mérito.-

-Mi Hermano Fran, consiguió derrocar a los republicanos. Claro que ansiaba poder. Pero también experimentar con humanos. Yo nunca fui conocido. Me tenían demasiado controlado. Entre otras cosas por mi trato de preferencia hacia los rojos. Más de una vez me pasé 3 meses en calabozo porque me descubrieron en asambleas. Mi hermano ya tenía pensado cómo controlar a las masas. En EEUU había un proyecto pero nunca se llegó a realizar con humanos. En cambio el General sí que se atrevió. Y en 1941 me mandó fundar un pueblo en unos terrenos del Estado.
Dicho experimento consistía en el control de varios sujetos mediante una sustancia. Pasando todos a ser de una ideología específica y con unas pautas sociales determinadas.
¿Cómo consiguió convencerme? Me dio poder. Me rendí a su encanto. Yo hablaba y el resto escuchaba. Fuimos el primer pueblo elegido democráticamente dentro de la dictadura.

-Anselmo todo eso está de puta madre. Pero aún siendo verdad. ¿Cómo controlar a tanta gente?
- Te gusta el sabor del agua de Panopawer ¿verdad?- Me preguntó mientras se acababa el porro. La conversación era interesante y sus pulmones también debían de serlo.

-Don Anselmo. El agua de este pueblo no tiene sabor. Ni siquiera ese intento de sabor no salado, que tiene el agua potable de las ciudades costeras.

-Eso es porque las pastillas funcionan. Escucha. El proyecto consistía en drogar a la población con unas pastillas insípidas e incoloras que echabamos en la planta potabilizadora. Al principio echábamos unas 10 cajas al día. Conforme la tecnología avanzó, necesitabamos menos hasta que gracias a la concentración de sustancia en la pastilla, la última vez que yo estaba al corriente hace 20 años, bastaban con dos para hacer el mismo efecto que las 10 cajas de antes.

-Anselmo deje de fumar ostias. Que no le sienta bien. Que me desvaría. SI es así ¿Cómo es que con la de estudios independientes que ha habido con el agua, nunca se ha conseguido sacar nada?
Y además. Aquí la gente parece perfecta. Simpática pero en relidad son todos una jauría de perros sarnosos que se mordisquean el trasero a sí mismos, pensando que no hay otra cosa que morder ni oler. Centrándose en el olor de mierda ajena del ambiente pero creyéndose por completo que ese olor no viene de su trasero.

- Por eso mismo te cuento a ti esto. Por que eres distinto. Cómo si no fueras de aquí.
Es muy sencillo ... ¿Cómo te llamabas? Bueno me da igual. Dinero y miedo es la respuesta. Las dos armas más eficaces que ha inventado el Ser Humano. Al principio a los primeros estudios se les huntaba con bien de dinero por parte del Gobierno. Más tarde se corrió la voz de que cada vez que hacías un estudio sobre el agua en Panopawer, sacabas buena tajada. Entonces para evitar a buitres, empezamos a machacar a inpecciones de Hacienda y Trabajo a las empresas carroñeras. Conseguimos acojonarlas y que no vinieran.
En cuanto a tu segunda pregunta. Es muy sencillo. Psicología colectiva. Si tu ves a doscientas personas en un centro comercial que huyen en sentido contrario al que tu vienes y gritando algo indescifrable, por instinto les seguirás. Aunque no sepas de qué huyen o hacia donde van.
Panopawer es igual Desde hace 10 años no hacen falta pastillas. La gente a idealizado este lugar. Es algo así como el edén terrenal. Somos personas y tenemos debilidades. Pero es tal la presión de la psicología colectiva, que nadie quiere perturbar el buen ambiente reinante. Todos nos drogamos, bebemos, tenemos prácticas sexuales extrañas y bizarras. Pero si te fijas todos menos tú, lo hacemos a escondidas.-

-¿Yo? Venga Anselmo. Ahora me dirá que soy el elegido. Que vengo a liberaros.- Le dije al punto de la carcajada.
-Tu hijo de puta, tienes suerte de seguir vivo. Eres la amenaza constante de esta ciudad. Eres el único que no teme que le pillen fumando aliño, ni que le pillen con una puta en medio de un lavadero. Eres algo así como el anticristo. Pero es divertido. Posiblemente ya sepan todos tus hábitos. Sepan qué haces y cómo lo intentas hacer. Posiblemente estén pensando en quitarte de en medio o, visto que llevas vivendo 20 años aquí ... igual te dejan pulular y les sirves como conejillo de indias.

-Anselmo. Esta mierda de orujo que tiene usted aquí es cojonuda. De lo mala que es, mete un cebollazo que ni el mejor JB. Así que me vio en el lavadero. ¿Se le puso dura al menos?- Le dije en un tono entre irónico e hiriente.

-Me caes bien chaval. En el fondo me caes bien y por eso te cuento esta historia. Yo hubo un momento en que elegí hacerme el loco. Pasé de vivir como mis colegas. Me fui a Bélgica, fundé una empresa de comida rápida que fue absorvida por unos yanquis. Me follé a los mejores travestis de la época. En los 80 yo le pasaba la coca a Merkury y en los 90 le preparaba los picos a Cobain. Dejé la mierda esta de pueblo. Estoy forradísimo pero no me interesa demostrarlo.
¿Para qué? Para llenarme de amigos.
En el fondo somos iguales. Aunque no lo creas. Totalmente iguales. Por cierto. La mierda esa de alcohol para heridas te vendrá bien para la herida de la mandíbula.- Me respondió mientras se incorporó.

Al levantarse agarró una madera. Cogió impulso y ... fundido en negro. Silencio.

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