domingo, 12 de junio de 2011

Entrada 200 y otras tantas que se quedaron en el tintero


Bueno... 200 paranoyas escritas en el blog ya...cuanto tiempo ha pasado. Quizás lo suyo hubiera dejarlo en la 100 y quedar bien, pero sin riesgo no hay emoción y aquí me tienes, resacoso perdido, escribiendo una entrada que tengo en la cabeza desde las 3 de la mañana.

No sé si sueles seguir la serie "Como conocí a vuestra madre" en caso de no hacerlo, no leas más. Vete al programa ese de intercambiar archivos y lo descargas ya porque si no, no te vas a enterar la misa la media.
Ayer me di cuenta. Yo. Unai. El Poeta Borracho, volvía al mercado. Volvía a estar en la pomada de ese mundo que durante tanto tiempo me tuvo enganchado: Las mujeres.
Ahora que me cuido y gracias a los 3 litros de cerveza alemana que colaboraron en mi deshinibición, me lancé a la aventura. Hasta ahí todo correcto. La sensación era de grandeza, de "champiñón" explosivo. Era la bajada de la montaña rusa con un sin fin de cosquilleos estomacales. ¡Hasta conseguí su teléfono!
Pero apareció el Ted Mosby que todos llevamos dentro. O eso o se me fue la tontería etílica y empecé a ser consciente de todo lo que había hecho.

Ella me miraba y a mi me gustaba. Pensé en escribirle una canción, en contarle una gracia y al final las palabras salieron solas. E insisto, cada mirada suya me gustaba más. Sus ojos azules como el recuadro de las ventanas de Explorer (sé que queda mejor "azules como el océano", como la "Salvia Guaranitica" e incluso azules como el logotipo de la marca de cerveza que bebíamos. Pero esto es laborracheradelpoeta.blogspot.com. Aquí se está para innovar. Para inventar, no para cumplir tópicos.) me vendí relativamente bien. Lo primero que solté: "Soy entrenador de fútbol" que así de primeras puedes hasta quedar bien. Lo jodido fue cuando me preguntó el club y pensé "mierda...es como decir que tengo un coche y a la hora de enseñarlo se cae a pedazos" luego también le confesé que curro de camarero. Disfruté y quizás me equivoqué o me precipité, quizás, quizás, quizás...
Parezco un quinceañero y lo sé, pero de vez en cuando me gusta.

Y al igual que vino, se fue. Pienso que si nos sentamos en mesas tan juntas, que si eran ella y sus amigas tan accesibles y simpáticas, sería por algo. Al igual que luego, cuando apareció un amigo con el que teníamos conversaciones pendientes ella voló, supongo que también sería por algo.

De camino a casa una persona me comentó que quizás no estaba interesada en mi. Y eso me dejó en la actual tesitura, y ante lo que a falta de algo mejor, será mi comedura de olla durante hoy.
¿La llamo o no la llamo? Espero a que mueva ella o lo hago yo. En fin y resumiendo que hoy nada más levantarme lo primero que me ha llegado a la cabeza es mi teoría:

Todos los hombres buscamos ser como Barney Stinson


Un tipo elocuente. Gracioso. Obsesionado con la originalidad y con un estilo y modo de vida que en parte todos quisieramos seguir, por la peculiaridad de la misma. Y durante algunos momentos puntuales, conseguimos estar a su altura pero poco más.
Sin embargo, todos los tíos cuando nos interesa alguien somos un Ted Mosbey.



Y más en mi caso.A falta de creer en un dios todopoderoso, me conformo en que las cosas no pueden pasar porque sí. Tienen que pasar por algo. Cuando estás en la cola del supermercado ¿por qué te juntas con esas personas y no con otras? Pues lo mismo sólo que en este caso con las mujeres.
De repente le buscamos sentido a cosas que no lo tienen. Sacamos uniones reales o ficticias para creernos nuestra propia historia. ¿Y al final? Pues ya te lo contaré.

Aunque con la tontería ya hemos llegado al final de la entrada 200. Así que cumplamos con lo esperado y cien entradas después voy a seguir agradeciéndote que me sigas leyendo. Sé que este blog a pasado por épocas mejores, pero entre el fútbol, el bar y ciertos comentarios que me desanimaron muchísimo el blog tuvo su caída en picado.
Quizás sea por mi espíritu guerrero y cierto aire desafiante que me acompaña allá donde voy pero al menos hasta septiembre levantaré esto. A partir de ahí si que no puedo prometer nada. Así que mil gracias por molestarte en leer este blog. En caso de que seas nueva o nuevo, ya ves que el trato es familiar y cien por cien casero y aunque sea de los pocos tópicos que hay en este pedacito de internet: "Espero que hayas disfrutado de su lectura, tanto como yo de escribirla."

1 comentario:

  1. Unai, Unai, ¿yo por qué no sabía de tu afición a escribir taaaanto? Y, sobre todo, ¿tu afición a Cómo conocí a vuestra madre?
    No quieras ser un Barney... pero, sobre todo, no quieras ser un Ted, ¡¡por favor!! Tú serías, en todo caso, un buen Marshal: buen chico, gracioso... ¡Lo que buscan las chicas, por dios!
    Espero que estés bien y que lo pases bien en tu cumple, que sé que este domingo, no? Un besoo!

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