domingo, 27 de febrero de 2011

Que cabrones.

¿No me has echado de menos? Bueno, bueno...Yo en cambio a ti sí. LLego con más paranoyas. Con más chorradas. La pequeña drogotuenti dependencia de mi hermano me ha sancionado con más de una semana sin Internet. Pero en directo y desde el sitio más recóndito de Europa...



"La Paranoya de por qué éste sí pero aquellos no."

El otro día salió mi compañero a saludar a su hermano. Yo no me fijé y cuando entró al bar, le escuché a mi compañero que le decía: "Si no está su padre. A este no lo conoces."
Aquel hombre de bigote se me acercó y me dijo: "Unai ¿ya me conoces?"
Se me hizo familiar y más instintivamente que razonalmente le respondi."Me suenas...Juan"
Él sonrió y me contó que hace 2 años estuvimos en su terreno comiendo. Que teníamos un amigo común llamado Javi y que yo le acompañé.

En ese momento me vino a la cabeza. Recordaba que era un hombre tranquilo. Me dió un gran consejo "ama a tus padres, porque nunca se sabe qué puede pasar" que se me quedó grabado.

"Pues yo soy hermano de tu compañero. Es más, el día que estuvisteis en el terreno, él estuvo un par de veces de pasada cogiendo un par de costillas y hablando con algún amigo de tu padre"
Me dejó roto. Se despidió de mí, de su hermano y este último entró para seguir trabajando. Todo ilusionado me vino "¿de qué conoces a mi hermano?"

Yo seguía en shock. A mi compañero lo conozco desde unos 3 años y a su hermano de hacía 2.A partir de conocer a Juan, cuando mi compañero me hablaba de su hermano, yo asociaba al que conocía. Que casualmente era su hermano pero que yo no lo sabía.
Y tampoco iba a decirle "cada vez que me dices Juan lo asocio a un tío calvo que conocí hace 2 años" Porque a partir de ese momento llamaría al psiquiátrico.

Le conté lo del terreno, a lo que me respondió que aquel día él también estaba y que incluso estuvo un pequeño rato en la sobremesa.
Yo recordaba de aquel día a una pareja, pero no le llegaba a poner rostro. Pero ninguno de los dos prestó mucha atención el uno al otro.

Así que dos años más tarde descubrimos que habíamos estado en el mismo sitio, que ninguno de nosotros reparó en el otro y que ahora éramos compañeros de barra.

Lo que apoya la paranoya que tengo desde hace mucho tiempo en la cabeza. ¿Es pura casualidad, que tú vayas a clase con ESOS compañeros y no con OTROS? ¿Es casualidad, que en un atasco coincidas con ESA gente y no con OTRA? ¿Y en la cola de un supermercado? O en la discoteca. ¿Por qué esas personas y no otras?

Creo que te he liado un poco. Pongamos un ejemplo. ¿Por qué coincidiste en clase con Javi, Patxi, Eva, Marta, Fran y no con otra gente?. Por ejemplo con los que son ahora compañeros de universidad o trabajo y de tu misma edad.

¿Por qué coincidí yo con mi compañero hace dos años? Si no llegamos a ir ninguno o uno de los dos no hubiéramos sacado el tema de conversación. Sencillamente porque yo no conocería a su hermano.

Esto refuerzo mi tesis de que todas las personas estamos vinculadas. De que aunque sean desconocidos, quizás haya un vínculo de futuro o pasado que algunas veces se descubren pero otras tantas no.

Ahí dejo la paranoya de hoy. Mil gracias, gracias por seguir leyendome siempre que puedes. En directo y desde la guarida de Europa...El Poeta Borracho!!!!!!!!!

1 comentario:

  1. "Lo que llamamos casualidad no es ni puede ser sino la causa ignorada de un efecto desconocido." - Voltaire :)

    ResponderEliminar